Desde que volví a Madrid el domingo por la tarde, aún no había tenido la oportunidad de sentarme a escribir sobre el frenético pero divertido fin de semana.
He presentado el quinto EBE de los nueve celebrados, y sigo con la alegría e ilusión que me llenaban después de cada una de aquellas ediciones. Me he reído, he bromeado con vosotros, he tirado de ironía, he aprendido, y he vuelto a compartir buenos momentos con los de siempre y con gente nueva.
Gracias por las buenas palabras, el apoyo y la complicidad. ¡Sois un gran público!
Aún me río con el artículo del Diario de Sevilla que me dedicó unas líneas:
La jornada empezó con las bromas de Arturo Paniagua, que lleva cinco años conduciendo el encuentro. «Yo soy una tradición andaluza, igual que la Feria de Abril. Soy el presentador negro del EBE», dijo el periodista, que también arrancó las risas del público con chistes sobre Isabel Pantoja o el cambio de nombre en la web de Pedro Sánchez.
Quiero agradecer a Luis Rull y Benito Castro por la confianza eterna; a Ana Asuero, Teresa Suárez, Rosa Navarro, María y Dani Aristoy por cuidar de mi; a Francis y a su equipo por el apoyo técnico; y a Victoriano Izquierdo, que es el fotógrafo que obra el milagro de sacarme guapo en las fotos.
Y EBE no sería nada sin ponentes tan diferentes, entretenidos y tanto control escénico como Juan Freire, Néstor Guerra, Carlos de Otto, Felipe Jiménez Luna, Pilo Martín, Nacho Bruyel, Dolores Vela, Arnaud Roy, Miguel Abril o Arturo González-Campos. Y claro, siempre es un placer encontrarse con viejos amigos como Juan Luis Hortelano, Ricardo Galli o Mauro Fuentes.